San Fermín: Volteretas, Sustos y Percances

De las últimas ferias pamplonesas, la de este año 2004 ha sido una de las más duras en cuanto a número de percances , volteretas y sustos. Los ejemplares de la feria repartieron violentas sacudidas a diestro y siniestro, tanto a matadores como banderilleros.

Pepín Liria y Luis Miguel Encabo fueron los protagonistas y peor parados de la feria: en la misma tarde y cuando la faena ya se daba por sentenciada. Los toros de Cebada Gago no perdonaron a ninguno de los tres matadores que compartían cartel. Por suerte para él, Gómez Escorial fue el único que no salió por la enfermería, pero a punto estuvo. también en la estocada, como sus anteriores compañeros, el madrileño perdió una pieza dental por el fuerte pitonazo. Los menos afortunados, Liria y Encabo salieron por la puerta de la enfermería, el primero con el biceps del brazo derecho partido y el segundo con una grave cornada de 15 cm.

El otro gran susto de la feria fue por parte de El Califa, levantado en volandas dos veces consecutivas. En un principio se pensaba que el pitón había entrado por la espalda, pero en la enfermería le diagnosticaron un pinzamiento discal en la zona lumbar.

Volteretas monumentales sufrieron Sebastián Castella y Carlos Ávila, de la cuadrilla de Matías Tejela. El primero salió ileso en apariencia, pero luego se le descubrió una cornada envainada en la cara interna de la rodilla derecha. Carlos Ávila sufrió una luxación de clavícula. Fue cogido a la altura del vientre cuando preparaba al toro para banderillas. Una vez caído, al animal volvió a levantarle.

El Fandi, que a su vez libró de una cornada segura al banderillero de Castella, Manolo Peña, cuando éste cayó delante del toro; recibió cuatro puntos de sutura en la frente después de la volterete que le propinó el toro a la salida de banderillas.

Serafín marín y Luis Bolívar no fueron menos, y también levantaron los pies del suelo pero sin consecuencias.